Por Carlos Hidalgo
El dolor, su exposición y confrontación, el intento vano, estéril, desesperado de sumergirse a su raíz, la intención de entender, de hallar una respuesta racional, el deseo de expiación; la suma confusa, alterada de emociones, es el eje temático elegido por Nick Cave desde que un trágico accidente se llevó la vida de su hijo en 2015.
El redil, suelto y atado, sujeto a los vaivenes del destino, inició su marca ahogada en la furia, en la fiesta salvaje que tenía lugar en los días de Birthay Party y a partir de ahí trazó un itinerario firme y al mismo tiempo irregular, regido por diversos intereses, que desembocó, probablemente muy a su pesar, en el amparo ciego de la fé religiosa.
La pandemia, el aislamiento obligado, no ha influido fuerte en el ánimo de Nick Cave, ya que su intención de tomar distancia del mundo presente, en mayor o menor medida, siempre ha existido. Si se percibe un cambio, en el surco de observación, que tiene su foco dirigido más al mundo exterior que al interior.
“Carnage” es en un punto, una expresión urgente, un rapto de inspiración. Un soliloquio que necesitaba ser registrado. La carga poética, en un punto distendida y afecta siempre a un tono dramático, impulsa un discurso de luces y sombras, que si bien no se desprende definitivamente de las afecciones recientes, ofrece una mirada contemplativa.
La transcripción a sonido, en un dialogo abierto, recae en Warren Ellis, su socio creativo ideal y director musical de The Bad Seeds desde la edición de "Push the Sky Away" en 2013. El viaje de Cave y Ellis se inició en 2005 con la firma de "The Proposition", la primera de una serie de bandas de sonidos escritas en sociedad y se fortaleció en 2006 con la creación de Grinderman, un desprendimiento de Bad Seeds, que privilegió la combustión rockera.
El diseño de sonido dispuesto por Warren Ellis, incluye una primera mitad, en consonancia con la creatividad de las composiciones, que se recuesta sobre un manto de bases electrónicas, programaciones tan simples como efectivas y un infinito arsenal de loops. La segunda mitad, a bordo de estructuras compositivas convencionales, es dominada por un sonido orgánico.
Nick Cave y Warren Ellis consiguen en "Carnage", su primer álbum formal de canciones firmadas en sociedad, una travesía que ofrece vestigios de la búsqueda introspectiva, espiritual que dominó la última etapa de Cave y la apertura hacia una nueva etapa más luminosa, que contiene más firmaciones que interrogantes, que parece impregnada en un perfume de sanación.
Este link conduce al canal oficial del artista, donde se puede reproducir de forma gratuita, el álbum completo https://www.youtube.com/watch?v=DNNlOLj9i28...
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