por Carlos Hidalgo.
Los discos en vivo siempre han estado en tela de juicio. Las razones, variadas y discutibles, suelen girar al mal uso que se les ha dado, ya que los intereses económicos de las compañías discográficas, en particular en este formato, siempre han estado por encima del hecho artístico. La intención de exprimir hasta extinguir el filón comercial, la imposición contractual de publicar un disco, ha dado pie a la edición de discos en vivo que no tenían nada nuevo que ofrecer y es ese precisamente el hecho que les ha dado desprestigio.
A través del tiempo, ha habido títulos importantes, que contradecían la tesis, espectáculos planteados desde un concepto estético bien definido, que expandían las ideas iniciales y las llevaban a una nueva dimensión. En el último tramo, el panorama local, ha dado a luz un par de discos en vivo que tienen una prédica artística muy interesante, por un lado, el "Café Berlín" de Guillermo Piccolini y por el otro "La Guerra es Afuera" de Alejandro Guyot.
La intuición y la convicción, marcan el "presente perfecto" de Guillermo Piccolini, a bordo de una serie de composiciones, que se debaten entre un espíritu de rock y una sonoridad folk. La simpleza, el buen gusto, dan una dirección, una definición de cuáles son sus intereses en el presente. El sentido del humor, una característica de su arte, persiste en un plano secundario, siendo la posibilidad de tocar fibras íntimas del oyente, su principal propósito, su gran preocupación.
La sonoridad del disco, con la ayuda de viejos amigos, como Tito Losavio en guitarra, Martín Aloe en bajo, Martín Millán en batería y el aporte del Colo Belmonte, el Soldado y un trío de cuerdas liderados por Federico Terranova, da el tono intimista, que no solo les suma a las canciones de "Futuro Imperfecto", sino que da la bienvenida a este nuevo ciclo, a las piezas de Venus y los Toreros Muertos.
Alejandro Guyot por su parte, apuesta desde la base de sustentación implementada en "La Guerra Es Adentro", a misturar las obras propias con piezas ajenas, que no solo ejercieron una alta influencia en él, sino que además combinan y cierran de manera perfecta el círculo creativo del disco. La instrumentación simple, despojada, busca exponer en primer plano, el esqueleto, la esencia de cada canción, que encuentra en la límpida, imponente entonación de Alejandro Guyot, una energía atronadora.
El difícil equilibrio, de sostener sin invadir, hace pie en la base estable que conforman la guitarra de Julio Martínez, el bajo de Paco Arancibia y la batería de Christian Faiad, a las que se suman las voces de Juan Pablo Fernández y Mariana Mazú, la guitarra de Edgardo González y el piano de Julián Massaldi. El repertorio, encuentra en la visita a las composiciones de Alfredo Zitarrosa, Palo Pandolfo, el Tata Cedrón-Tuñón y Acorazado Potemkin, la complementación ideal, una insinuación estilística que se une a las de Guyot, en una misma identidad.
A años luz de ser una mera enumeración de registros en vivo, "Café Berlín" y "La Guerra es Afuera", contienen en si una guía conceptual, una nueva vida, que excede la mera presentación en sociedad de un disco, son obras sutiles, sensibles, plenas de belleza.
"La Guerra es Afuera" (álbum completo) https://www.youtube.com/watch?v=2d_LKXawt4U...
"Café Berlín" (álbum completo) https://open.spotify.com/album/07U7BP227bBBAIoByu4Sec
"Día tras Día" (video oficial) https://www.youtube.com/watch?v=JYpaOeQviaU
La Señal Música (spotify) https://open.spotify.com/playlist/5hHlozTFONtQxjti0Q8meH...
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