La Catarata de ediciones es incontenible. La Señal Música ha seleccionado dos discos que merecen ser escuchados, esta vez posando la lupa en el rock.
1- Devoran Entre Si / Cadáver Digital
Los ciclos, si se completan debidamente, suelen volver al punto de partida. El desprendimiento natural de esa idea, en el caso de Andrés Ruiz, después de construir una intensa y variada discografía en solitario, era volver a formar un grupo. Devoran Entre Si, su nuevo proyecto, que suma las destrezas y voluntades de Ramiro Gambini y Nahuel Martin Castro, encontró refugio en el sonido envolvente del post punk.
La guitarra es la estrella guía, el ingrediente que dicta, viste las atmosferas frías que visitan sus canciones. El clima sombrío, fantasmagórico que respiran sus melodías, se funde con bases marcantes, de cadencia bailable y frases etéreas que emanan de los sintetizadores. La ilusión dispersa, el lamento continuo, bajo la fórmula de Devoran Entre Si, se convierte en una danza narcótica.
La ambigüedad, una marca de estilo de Andrés Ruiz, navega entre la inocencia y la perversión, imprimiendo una tensión que va desde el tono lúdico a un universo macabro. El centro de gravedad de "Cadáver Digital" respira en ese ámbito confuso, brumoso, en el que la peor pesadilla se puede bailar.
Este link conduce a la reproducción del video oficial de la canción “Baldio”
Este link conduce al canal oficial del artista, donde se puede reproducir de forma gratuita, el álbum completo.
2- Medalla Milagrosa / Onda Metal
Un nombre cargado de épica y misticismo, “Medalla Milagrosa”, esconde uno de los secretos mejores guardados del rock en Argentina. La alusión al imperativo religioso, distrae la mirada de la verdadera naturaleza de su arte, que se mueve, descansa en territorios ajenos a cualquier pulsión que invoque a un culto, a un credo.
A cinco años de su nacimiento, con un portfolio de tres ep y un álbum, “Fantasía Peligro”, que absorbió a un tiempo los favores de la crítica y público, Medalla Milagrosa rompe un extenso silencio discográfico con la edición de “Onda Metal”.
La fórmula del juego, que se asoma a una inquieta ambigüedad, navega entre el dream pop y el shoegaze, en una colección de canciones sentimentales, estéticamente sombrías, que se funden, ahogan en melancolía. “Onda Metal” contiene la ambivalencia de un disco pleno de luces y sombras, arropado desde una perspectiva emocional intensa.
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