Por Efraín Rodríguez
La injusticia, un inmenso pozo de sombras, es moneda corriente, en las cada vez más fluidas márgenes de la música urbana. Alejandro Guyot, impulsor de proyectos multi genéricos, como 34 Puñalada y Bombay Buenos Aires, es increíblemente, un artista desconocido para el gran público.
La invocación a la síntesis, a las mediaciones, a articulaciones mestizas, a esos espacios abiertos en los que se cruzan la milonga, el tango y el rock; una cuestión generacional que anclan en los músicos de mediana edad, es un encantamiento al que Guyot no ha podido escapar, una indefinición rebelde a la que parece haberle jurado fidelidad.
El registro grave, intenso en su voz, es la guía hacia las agridulces melodías; esas que se pierden, funden en la oscuridad, en las historias que agitan el interior de una persona. “La Guerra Adentro”, es una carpeta reflexiva, sentimental, ahogada en melancolía; es la materia que le da vida a las criaturas, a los seres que habitan las canciones del disco.
El sonido se entreteje en un diseño artesanal, en estructuras simples y bajo una paleta tímbrica abierta, en una elaboración que va deteniéndose pieza por pieza. La búsqueda, minuciosa y precisa, ilumina una amalgama de sonidos acústicos y eléctricos, vuela sobre una amplitud genérica, en la fusión imprecisa que define su música.
La soledad, la nostalgia, los sinsabores del trotamundos que narra la historia, que presumiblemente esconde apuntes autobiográficos, se funde en el personaje de su primer novela “Sangre”, que en un borbotón creativo incontenible, ha visto la luz casi a un mismo tiempo que el disco.
El arte de Alejandro Guyot, envuelto en una “Guerra Adentro” y ahogado en “Sangre”, está bien vivo, más vivo que nunca.
Este link conduce al canal oficial del artista, donde se puede reproducir de forma gratuita, el álbum completo. https://www.youtube.com/watch?v=M9kBlcoq6d0
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