por Fernando Infante Lima
Un hombre de mediana edad, en los últimos días del año, suele incluir en su agenda inmediata, una serie de objetivos que suelen tener, invariablemente, destino de olvido.
El músico Carlos Álvarez, entendiendo que siempre hay una excepción a la regla, se sumió en un impulso de carácter radical, sintiendo que necesitaba un cambio en su vida social y musical.
El silencio, cerrado, extenso; su ausencia estudiada, pretendida en el ámbito musical, marco la naturaleza de los cambios en su vida. De la ciudad a un pueblo, del contrabajo al piano, del jazz al folclore.
Carlos Álvarez, se subió una transición meditada, riesgosa; eligió el olvido intencional de las técnicas musicales asimiladas previamente. El itinerario incluyo el paso de la música esbozada, sostenida en marcaciones puntuales, abierta a la improvisación a partituras de escritura minuciosa.
El folclore, es el punto de inicio, en el que vidalas, bagualas y zambas, asoman a una cadencia especial, diferente. La lectura, propia, personal, abre surcos a nuevas moldes de interpretación. Las formas, los modos del folclore puro, tradicional, quedan desdibujados, absorbidos por la complejidad de las composiciones
La instrumentación, a bordo de un formación particular, que une piano, cello, viola y bombo leguero, crea un clima sombrío, tenso, que en su sonoridad, se acerca, por momentos, más a la música de cámara que a la música folclórica.
"Girasol que Mira Adentro", extiende una colección de canciones, obscuras, introspectivas, atravesada por una poesía vivida, que contrapone el entusiasmo del canto, con la melancolía que brota en la música.
La nueva identidad de Carlos Álvarez aporta uno de los mejores discos del 2020.
Este link conduce al canal oficial del artista, donde se puede reproducir el disco completo https://www.youtube.com/results...
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