por Fernando Infante Lima
Una ligera, leve mirada, sutilmente empañada y decisivamente parcial, definió al mundo del rock en 2021. Es que el año, a pesar de la persistencia de la pandemia, recuperó el “vivo” y es precisamente el insustituible contacto directo, el principal activo del balance.
La edición de discos, si bien ha tenido picos de una importante intensidad, mermo en cantidad, calidad y originalidad respecto al primer año pandémico. La mirada introspectiva, imprescindible, omnipresente el año pasado, quedó en un plano de esquema, fue parte de la exteriorización, del relato del universo rock. La energía creativa incentivada por el encierro obligado, se canalizó en este año, en una interesante serie de presentaciones en vivo.
El peculiar abanico de posibilidades, inabarcables e indefinibles, que engloba el rock de Argentina, a pesar de los reparos marcados, ofreció una serie de discos que bien vale destacar. La votación interna de La Señal Música, marcó en dos listas bien definidas, la variedad genérica y estilística que puede invocar, albergar la escena de rock.
La discusión siempre vigente, acerca de que propuestas pueden ser encuadradas en el género, incluyó a los nuevos discos de Piccolini y Axel Krygier, opuestos perfectos que expresan los limites imprecisos, que pueden ser admitidos, entendidos como parte de un mismo impulso.
El rango de artistas presentes, que contienen trabajos muy disimiles entre sí, integra a la sociedad de Juan Belvis y Juan Valente, pero también a Sr Guillermo, Camioneros y Alto Camet. El marco bien abierto, jugó la misma partida con las figuras y bandas históricas, en un muestreo que incluye a Pez, San Martin Vampire, Fantasmagoría, Fito Páez, Rotman y Palo Pandolfo.
A continuación, presentamos los diez mejores discos de rock del año 2021, seleccionados por La Señal Música.
1-Palo Pandolfo / Siervo
La pena, el dolor, la inabarcable, inextinguible gama de sentimientos, esos sentimientos que palpitan, evocan, hieren, alegran; respiran fuerte en “El Siervo”, el último episodio de ese gran libro de música, que vive en la obra de Palo Pandolfo.
La idea de siervo, que puede ser interpretada en varios planos, alude, explica la idea de estar al servicio de la música, de ser un esclavo, un cautivo; de ser un ser, cuyo fin último en ese universo de significancias, es transcribir su vida a música.
Palo, un espíritu libre, un trotamundos incansable, para poder subsistir, se embarcaba en interminables giras, visitando los lugares más recónditos, subiendo a los escenarios más humildes, en la doble necesidad de encontrar el sustento, el artístico y el material, siempre ejerciendo su noble oficio.
Y es el oficio, entendido como un destino, el que da sentido a la colección de canciones que encierra “Siervo”. La mántrica “Doble Corazón”, es una instantánea brutal y desgarradora de un corazón cansado, que a pesar de su triste suerte, persiste. La urgente “Parpados” es una ensoñación poética, que se eleva liviana envuelta en tinte pop.
La bellísima “El Alma Partida” es la tristeza hecha canción, un aire folclórico se cuela, se enreda en los versos, que alojan una desesperanza profunda y final. El pedido de perdón sincero, habita en “La Idea”, una plegaria que pide, invoca “el poder de la luna y el sol”.
Las composiciones juegan, se pierden en el pedido de energía, en la fuerza y poder de los elementos naturales. “El Viento”, de aires flamencos, encuentra el cante jondo de Sofía Viola, el entendimiento, la comprensión de “el viento todo se lo llevó”. El optimismo, la alegría, pisa fuerte en “Tu Amor”, que tiene un inconfundible, inocultable destino de hit.
El sonido electro acústico, buscado, pretendido por Palo para este disco, descansa en la producción paciente, sabia de Juan Belvis, que como un orfebre fue buscando, agregando y sacando, entendiendo cual era la vestimenta necesaria de cada pieza.
El dolor de su desaparición temprana, el intento de comprender que ha sucedido, sugestiona, lleva a pensar que existía cierto sentimiento premonitorio, ya que en los versos de la canción que cierra el disco dice, “me llevan al final, en el viento vivo, te buscare”.
“Siervo” inevitablemente, más allá de cuál ha sido su origen, su intención, se erige como el canto final, el legado tardío e inesperado de ese trovador incansable que fue Palo Pandolfo.
Un disco fundamental, necesario.
Este link conduce a la reproducción del video oficial de la canción “El Alma Partida”.
Este link conduce a la reproducción del video oficial de la canción “Tu Amor”.
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2- Los Espíritus / Sancocho Stereo
El Sancocho Stereo, se ha convertido en tiempos pandémicos, en el vehículo expresivo de Los Espíritus. La multiplicidad de ingredientes, que juegan en la receta de ese plato típico, reproduce la esencia abierta a géneros y sonoridades, que ha guiado a la banda en el último año y medio.
La idea, el concepto de Sancocho, remite a un alimento muy popular en los países del norte de Sudamérica y en los países del sur de Centro América, que pasa a alimentar, a nutrir el bagaje sonoro y estilístico de la banda.
La saga, que fue difundida inicialmente en cuatro capítulos, es condensada en un intenso disco, que se asoma a las distintas vertientes visitadas en este tiempo, sin olvidar el regreso a las fuentes que se dio en último episodio de la serie, en el que vuelve su marca registrada, su singular estilo que funde psicodelia y blues.
La galería de invitados, ecléctica y variada, suma a personalidades de la cultura como Enrique Symns, a un periodista deportivo, el Ruso Verea y a músicos importantes como Daniel Melingo, Carca, la cantante ecuatoriana Huaira y el guitarrista nigeriano Bombino.
La escucha en continuado de Sancocho Stereo, sea en el repaso paciente de sus capítulos o en la síntesis expresada en el disco, es siempre una buena opción.
Este link conduce a la reproducción del video oficial de “Mugre”.
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3- Piccolini / Futuro Imperfecto
La vida artística de Guillermo Piccolini, ha estado partida, repartida entre España y la Argentina. La madre patria le dio cobijo a mediados de la década del ochenta, en donde fue miembro fundador del premiado y exitoso combo Los Toreros Muertos. A su regreso, ya avanzada la década del noventa, se unió a su amigo Roberto Pettinato para armar Pachuco Cadáver, el atractivo grupo semi experimental, injustamente ignorado y tardíamente rescatado como uno de los secretos mejores guardados de la música de Argentina.
El cambio de siglo, le permitió subirse a Venus, su dúo con Mariana Olmi y soltar su espíritu inquieto a un sinfín de proyectos, que cruzó en su camino a músicos de distinta edad y extracción artística. La idea de escapar a fórmulas establecidas y sostener un agudo sentido del humor, de experimentar sobre bases propias, le permitió trazar un camino curioso, singular; con ondulaciones entre éxito arrollador y el célebre, quebradizo status de culto.
La idea de trabajar sobre una nueva colección de canciones, alteró el universo de Picolini, en el que el productor, que venía predominando desde hacia tiempo, se vio obligado a ceder el paso, el espacio al músico. La impureza, la canción desnuda, enciende el concepto de "Futuro Imperfecto", que se sube a cruzas, a alteraciones espontaneas, esas que anidan en la música de Piccolini. Una baguala psicodélica, una polca deforme, un tango rockeado, una suma de construcciones imprecisas que intimaron, en mayor o menor medida en toda su obra, pero se referencian fuerte en Pachuco Cadáver.
La austeridad, la economía de recursos, la instalación de la canción en primer plano, alejada de artificios que puedan distraer la atención, se convirtió en el eje primordial del disco. El diseño de sonido, simple, despojado, se asienta en la base de guitarra/piano y voz, aun cuando hay una presencia percusiva que persiste en segundo plano y arreglos puntuales que abren el juego a un bandoneón, una viola y un acordeón.
El día a día, la ciudad, ganan las líricas a modo de aguafuentes, deteniéndose en el costumbrismo desde una mirada repartida entre la nostalgia y el humor. La dualidad, infecta y define los estados de ánimo, que por momentos se asoman a una euforia optimista y en otros se ahogan en una dulce melancolía.
La ambigüedad se siente en el estilo Piccolini, que en su apuesta se percibe el juego a dos bandas, en un disco que es muy folclórico para ser rock y demasiado rockero para ser folclore. Las etiquetas limitan esa confluencia de música popular, que se nutre sin filtros de aires urbanos y en su particular alquimia define los modos y formas de su arte.
El inspirado regreso de Piccolini, alcanza en “Futuro Imperfecto” su punto más alto y se instala, inscribe entre los discos más interesantes del año.
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4- San Martin Vampire / Áspic
El frenesí, ese instante único, irrepetible; ese susurro narcótico y cálido, en la vida de San Martin Vampire fue intenso, mágico y breve. La escala virósica, entre copas vacías y vidrios empañados, se esfumo en apenas ciento ochenta días
Los vértices, de este irregular y misterioso triangulo, fruto de la unión de personalidades disimiles, fue conformado por Sergio Pángaro (un crooner elegante y devoto del lounge), Favio Rey (un salvaje y brujo guitarrista) y Rudie Martinez (un alquimista sónico y adicto a las pistas).
El testimonio de los días de euforia, inmortalizado en el disco "Debut y Despedida", vio la luz cuando el siglo se apagaba y los miembros de la banda estaban abocados al crecimiento de sus nuevos viajes.
La semilla cultivada, invocada por fans, deseosos de ver al vampiro extraviarse en nuevas aventuras, emergió al calor del aislamiento preventivo, un milagro impulsado por el confinamiento pandémico.
La memoria emotiva, presente en la nueva vida de San Martin Vampire, se emplaza en los vestigios de la idea original y en la suma de los fantasmas que se desprendieron de esa primera experiencia: Baccarat, Adicta, Audioperú y Fanfarrón.
"Aspic", el nuevo disco, amplia la paleta temática, estilística y sonora. La química, atrapada en el vértigo de la ansiedad, recupera los veintiún años de ausencia a bordo de piezas que respiran ironía, elegancia, ambigüedad y una dosis de inocencia.
El diseño de sonido, es un batido refrescante en el hay espacio para el pop, el lounge, el bolero, las marchas y la electrónica. La programación, las métricas bailables, las atmosferas obscuras, los riffs de rock, el sampleo y la guitarra surf; se funden en una configuración única, en la fórmula secreta que solo los Vampire consiguen descifrar.
"Aspic" es una nota vibrante, vital, un ejercicio de estilo feliz y armónico. A años luz de una reunión nostálgica, San Martin Vampire más que nunca, mira hacia el futuro.
Este link conduce a la reproducción del video oficial de la canción “Mal Mortal”
Este link conduce a la reproducción del video oficial de la canción “Montecristo”
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5- Axel Krygier / Axelotl
El universo de Axel Krygier está plagado de música. Es un artista obsesivo, meticuloso, un curioso observador de la realidad, que transcribe, convierte su particular mirada en música.
La experiencia adquirida a lo largo de su sinuoso camino, con paradas en diversas estaciones, lo llevo a formar parte de La Portuaria, de la banda de Charly García y músico invitado de Soda Stereo, pero es en su trabajo en solitario donde aparece su verdadera marca de estilo.
La salida de “Échale Semilla” en 1999, marca el primer registro de una extensa serie de discos bajo su firma, que no solo imprime su trabajo particular, sino que suma una variedad de grabaciones para cine y teatro, además de ser convocado, comisionado para la composición de óperas breves y música infantil. A pedido del Instituto Goethe, este año escribió una obra inspirada en la sonata “Patética” de Ludwig Van Beethoven, con motivo del 250 aniversario del nacimiento del inmortal músico y compositor alemán.
Axel Krygier es un auténtico hombre orquesta, no solo por su inmensa facilidad, ductilidad para ejecutar fluidamente una variedad de instrumentos, sino porque gracias a un pequeño dispositivo hecho a su medida, puede subirse solo al escenario y tocar en vivo todos los instrumentos de sus canciones a un mismo tiempo, y es precisamente el solo set que lo acompaño en vivo en el último tiempo, el origen, el germen de su nuevo disco.
El título del disco, “Axelotl”, se referencia en la mistura de su nombre con el axolotl mexicano y según el músico puede interpretarse como una metamorfosis anfibia de sí mismo. La estela, la reverberación de ese mundo fantástico, cobra vida en las piezas del nuevo álbum, sin abandonar el espíritu lúdico que se encuentra siempre presente en su música.
Las liricas siguen la entonación melódica y prescinde cuando es necesario, del uso de palabras reales. Las edificaciones simples, invitan a descubrir la descripción de un sentimiento, a detenerse en la instantánea de un momento preciso y a sumirse en reflexiones ajenas a la solemnidad. El juego persiste, en la idea de procesar la voz, intentando encontrar el tono, la voz que defina el personaje anfibio que es el protagonista excluyente del disco.
El diseño del sonido, se recuesta en una sonoridad electrónica, sin dejar rastros de las convenciones del género y adhiriendo elementos folclóricos, referencias de la música de vaudeville y piezas de cadencia bailable, a un batido exquisito formulado por Emilio Haro, que oficio de productor artístico.
La elaboración paciente, objetada desde un ojo crítico, permitió equilibrar los humores cambiantes de un álbum que en esencia, reboza de optimismo y alegría. La intención de jugar desde la originalidad, le permite decir a Axel Krygier, que este disco es muy diferente al anterior, algo que puede decir cada vez que edita un nuevo trabajo y ese es un mérito reservado para un pequeño y selecto grupo de músicos.
“Axelotl” es una aventura altamente recomendable.
Este link conduce a la reproducción del video oficial de la canción “Rapsodia Sueca”
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6- Sala de Máquinas / Rancho
La música es el centro de gravitación, el universo de Alejo Vintrob, que en su dinámica de trabajo e intereses, ha impreso un ambicioso, curioso itinerario. La primera página fue a bordo de la ya mítica Pequeña Orquesta Reincidentes, luego se midió, probó el traje de solista y volvió al trabajo colectivo a bordo de Sala de Máquinas.
El particular estilo, en el que se funde el rock, el tango y los aires folclóricos, característico de Vintrob, encuentra en Sala de Máquinas, la sonoridad y las variantes que perfeccionan su fórmula, alcanzando la síntesis que respira su música.
“Rancho”, el primer registro formal de la banda, juega en la fusión de estilo y personalidades, dando espacio y presencia a cada una de las individualidades, consiguiendo la particular alquimia que crea, describe las posibilidades de la banda.
“La Abeja” es una fusión de elementos de música urbana que describe, explica, respira Buenos Aires, “Falla” es un episodio en clave post punk, “Big Data” encuentra el espíritu y las formas del tango, “Un Segundo” es un bolero elegante y estilizado y “Los Gritos” juega a tres bandas, en una pulsión de estímulos, que incluye al rock, el tango y armonías clásicas.
Sala de Máquinas, en esta primera intervención breve e intensa, deja en el oyente el deseo de seguir escuchando.
Este link conduce a la reproducción del video oficial “La Abeja”
Este link conduce a la reproducción del video oficial “Los Gritos”.
Este link conduce a la reproducción del video oficial “Un Segunda”.
Este link conduce al canal oficial de la banda, en donde se puede reproducir en forma gratuita, el álbum completo.
7- Rotman / Odio
Los Días del Sr Rotman, son surcados por una pasión indomable, por un espíritu que siente, respira música. El itinerario extraño, curioso, es definido por una hoja de ruta infatigable, que ha tenido idas y vueltas en el tiempo y un sin fin de proyectos, de ideas a las que les ha prestado su máscara.
Desde el ska jamaiquino filtrado en Londres a una apertura hacia la música de raíz latinoamericana, desde los ritmos del Caribe a el post punk, desde el dark al dub, todo cabe a conciencia y en el tiempo indicado, en el universo Rotman. Un universo que conjuga firmas distintivas: Los Fabulosos Cadillacs, Cienfuegos, Mimi Maura, el Siempreterno, Dub Clash Orchestra, Tercipelo Underground y los Sedantes.
La idea de cimentar una carrera en solitario, siempre fue descartada por el propio Rotman, que incluyó esa posibilidad en la lista de tres cosas que jamás haría. La débil confianza que propuso a sus promesas, facilitó la tarea de incumplirlas una a una y hoy su carrera solista es una realidad.
"Odio" sigue la línea del primer opus, rock de guitarras fuertes y atmosferas obscuras, salpicadas por ciertas reminiscencias de post punk. Las letras cargadas de furia y desesperanza, ofrece una mirada crítica que refiere indirectamente al encierro pandémico y se detiene en tono pesimista en el estado de las cosas.
El diseño de sonido juega sobre una sólida base rítmica y un enjambre de guitarras de variada intensidad, que se sientan sobre una paleta estilística amplia, ya que cada tema cuenta con un guitarrista invitado diferente. La cascada, fatigada voz de Rotman, aporta la tensión dramática y la carga melódica que le dan identidad a la canción.
Odio es el único sentimiento que Rotman admite que es capaz de sentir hoy, aun así, el amor, la pasión desbordante de este artesano de la canción, consigue llevar a buen puerto un disco pleno de emoción y ánimos cambiantes, que ancla fácil en la memoria.
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8- Pez / Acariciar el Fuego
Vigencia, es la palabra que describe la actualidad de Pez, que tras veinte y siete años en la ruta, escapa a las fatigas, a las convenciones y se anima a presentar el vigésimo opus de su historia.
El universo de Ariel Minimal, Fosforo García y Franco Salvador, habita en el imaginario y estruendoso ciclo que dicta el rock, desmarcándose, tomando distancia, alejándose de los pronunciamientos de pureza, abriéndose a la intención y estilo que visita cada canción.
“Acariciar el Fuego” juega en la liga de las canciones urgentes, esas que se escriben al fuego de sentimientos ambivalentes, que se consumen a la sombra de las emociones. El dolor y la incertidumbre generada por la pandemia, se visibiliza de manera explícita y se cruza con historia de pasiones y otras que respiran, anclan en el día a día, en el barrio, en el infinito particular.
Pez se sube a una vertiginosa carrera congestionada, ahogada en la pasión del rock, con una dinámica de guitarras distorsionadas y una base rítmica demoledora, en piezas de enorme energía y alta carga melódica. El eco de una entonación, ensoñación que visita el fantasmal fraseo que esconde el tango, surge aquí y allí, sin conseguir asentarse y ganar la partida.
Es vital, está caliente, es rock & roll puro y duro, es bastante, quizá demasiado para los tiempos que corren.
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9- Fantasmagoría / Ahora/Después
La idea de sustentar todo a tiempo presente sin obviar el futuro, se ajusta a una premisa clave en el universo de Fantasmagoría. Es que la banda que creo Gori Gore al finalizar su aventura con Fun People, está sujeta a los devaneos profesionales de su creador, que presta sus servicios de guitarrista aquí y allá, pero siempre vuelve, particularmente cuando siente que tiene algo para decir.
El carácter de canciones urgentes, aun cuando sus climas visitan distintos estados de ánimo, está presente en su nuevo disco "Ahora/Después", que llega veinte años de su disco debut y a seis de último opus, "El Mago Mandrax". La frescura de su música, que suma notas de rock, folk y psicodelia, persiste sumando nuevos ingredientes, nuevas formas que amplían su paleta expresiva.
"Ahora/Después" es una colección de canciones intensas, desbordas de emoción. El amor, la pandemia, la paternidad, la incomunicación, los ideales y la soledad, son los tópicos de interés, las materias de la cual se nutre la poética del disco. La sonoridad acústica, cálida, sigue siendo la principal referencia, la columna vertebral de cada pieza, que en su evolución se suma, entrelaza a una coloratura diferente.
El juego se amplia, a partir de la inclusión de composiciones de una elaboración compleja, diferente al standart habitual. La bellísima “Los Colores” y la dulce “El Cardumen se Organiza” califican para ser incluidas en cualquier disco de la banda, al tiempo que “Ding Dong Dang Firulais” se sube a un curioso espíritu lúdico. “Masterplan” y “El Vendaval” en diferentes sintonías, juegan a favor de nuevas formas, que se asoman un tinte levemente experimental.
El buen “ahora” de Fantasmagoría, invita a un venturoso, promisorio “después”.
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10- Devoran Entre Si / Cadáver Digital
Los ciclos, si se completan debidamente, suelen volver al punto de partida. El desprendimiento natural de esa idea, en el caso de Andrés Ruiz, después de construir una intensa y variada discografía en solitario, era volver a formar un grupo. Devoran Entre Si, su nuevo proyecto, que suma las destrezas y voluntades de Ramiro Gambini y Nahuel Martin Castro, encontró refugio en el sonido envolvente del post punk.
La guitarra es la estrella guía, el ingrediente que dicta, viste las atmosferas frías que visitan sus canciones. El clima sombrío, fantasmagórico que respiran sus melodías, se funde con bases marcantes, de cadencia bailable y frases etéreas que emanan de los sintetizadores. La ilusión dispersa, el lamento continuo, bajo la fórmula de Devoran Entre Si, se convierte en una danza narcótica.
La ambigüedad, una marca de estilo de Andrés Ruiz, navega entre la inocencia y la perversión, imprimiendo una tensión que va desde el tono lúdico a un universo macabro. El centro de gravedad de "Cadáver Digital" respira en ese ámbito confuso, brumoso, en el que la peor pesadilla se puede bailar.
Este link conduce a la reproducción del video oficial de la canción “Baldio”
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