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Foto del escritorLa Señal Musica

Ente Onírico

La incontenible edición de discos, registra episodios donde el riesgo artístico, en variadas búsquedas y distintas sensibilidades, juega fuerte. La Señal Música posa la lupa en dos de ellos, que merecen ser escuchados.

1- El Ente / La Evidente Ciudad de los Inmortales.

La suma de las partes, a partir de sus similitudes y diferencias, hacen un todo. El Ente es la suma, la asociación de Mariano Llere, Silvio Moiz, Corina Guerrero y Maxi Mas, una asociación apta para aportar sorpresas.

La libre improvisación, terreno fértil para alimentar distorsiones de variada intensidad, juega fuerte en "La Evidente Ciudad de los Inmortales". La apertura, que se asoma a límites anárquicos, aporta un diseño intrincado, pleno de humor. La audición atenta, evidencia la imposibilidad de encuadrarlo dentro de una tendencia predominante, de una dirección presumible.


La voz de Llere, un verdadero hallazgo, se suelta frenética, siempre atenta a las necesidades de cada pieza. El diseño de sonido, sostiene una coloridad variada, donde el peso estructural recae en la guitarra tratada de Silvio Moiz, al tiempo que las inteligentes y creativas intervenciones del violín de Corina Guerrero y el archilaúd de Maxi Mas, deslizan frescura y originalidad.

Muy Interesante.


"La Evidente Ciudad de los Inmortales" (álbum completo) https://rumiarec.bandcamp.com/.../la-evidente-ciudad-de...


2- Souto / Onírico.

La suerte de la práctica del stick en la Argentina, esta supeditada a un círculo mínimo de cultores, donde el nombre de Diego Souto pisa fuerte. El stick es un instrumento muy particular, que contiene en sí las seis cuerdas de la guitarra y las cuatro del bajo, alineada en dos grupo de cinco cuerdas, que permite que el instrumentista ejecute bajos, acordes y melodías en forma simultánea.

"Onírico", su nuevo álbum, extiende las posibilidades de su arte, que había quedado previamente bien enunciado, en los dos volúmenes de "Arquitectura Sónica". La depurada técnica de Souto, imprescindible a la hora de tomar un stick, se suelta en forma lúdica e imaginativa sobre una serie de piezas, a las que les brinda, de manera tan natural como inteligente, una nueva dimensión.


El desafío de dar nueva vida a temas clásicos, algo que puede exponer a cualquier artista al ridículo, fue superado con ingenio y buen gusto. Las versiones de "Enter Saldman" de Metallica y de "Iron Man" de Black Sabath, son la prueba perfecta de esta idea, que se complementa en extremos expresivos opuestos, en los aires folclóricos, intervenidos por el estruendo urgente del rock, de "Maldigo del Alto Cielo" y "Serpiente de Arrozal", sin dejar de una lado un tono intermedio, que por una parte visita su perfil mas experimental en "Transilvania" y "Sueño Húmedo de Muerte", mientras resuena el eco de viejos tangos en "Pesadilla" y "Despertar de un Día Feriado".

"Muy Bueno".










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